Entrevista a Yessenia González como Religiosa de reciente ingreso a la vida contemplativa.
Por Carmelo González
Felices fiestas navideñas, en esta ocasión tenemos la oportunidad de presentarles a nuestros lectores una entrevista que con gusto tuvimos la oportunidad de realizar a una joven de reciente ingreso a la vida religiosa contemplativa, y que nos ofreció su tiempo para compartirnos un poco acerca de su vocación y la experiencia que tiene en sus primeros seis meses como religiosa postulante en la comunidad de las Adoratrices del Santísimo Sacramento, localizadas en Playas de Tijuana. Su nombre es Yessenia González García, tiene 28 años de edad y es originaria de Taxco, Guerrero. Con mucha alegría y generosidad para con el seminario fue tan amable de responder a las siguientes cinco preguntas en torno a su vida y su experiencia vocacional. De tal manera que, sin más preambulo, los dejamos con Yessenia y lo que ella desea compartirnos.
¿Cómo discerniste tu llamado a la vida consagrada?
Desde chica me inquietó saber cómo vivían las religiosas, el simple hecho de contemplaras me motivaba mucho. Doy gracias a mis padres, que desde que recuerdo me enseñaron a hablar con Dios por medio de la oración y recurrir con frecuencia al Santísimo Sacramento, un hecho que más tarde fue primordial para discernir mi vocación. Desde mi juventud, en mi interior guardaba y dirigía un pensamiento constante a Dios: que me pusiera a donde le fuese a ofender menos.
En mi vida, he aprendido a vislumbrar la voluntad de Dios en hechos y experiencias muy concretas e inolvidables para mí, pero que han marcado el curso de mi vocación. He tenido dos noviazgos formales, el primero de ellos perduró por 7 años, y a pesar de que 7 años no son poco tiempo, con él no me sentía segura del todo, cuando en su momento me propuso matrimonio, en vez de sentirme feliz me sentía confundida e insegura. Le insistía a Dios que iluminará mi pensamiento y corazón para conocer su verdadera voluntad, de si casarme o no, y como Dios siempre está con nosotros y siempre escucha nuestras oraciones, se dio que nuestro noviazgo no funcionó y finalizó.
Sin dejar de sentir el dolor humano por aquella persona que ame en su momento, cuando de nuevo me vi sin compromiso (24 años), Dios me dio la oportunidad de asistir a un proceso vocacional con hermanas religiosas de vida tanto activa como contemplativa. A mi lado caminó siempre el P. Ramón Ponce como mi director espiritual, quien me ayudó en mi discernimiento vocacional. Pero aun cuando llevaba un proceso vocacional con aquellas hermanas, todavía me hice la chica difícil con Dios, y volví a adentrarme en otro noviazgo; pensaba yo que esa inquietud de ser religiosa no iba más allá de mera curiosidad humana. Después de cierto tiempo en tal noviazgo, volví a sentirme confundida y por segunda vez le insistí a Dios que me ayudará en mi vida; así, no pasó mucho tiempo para que las cosas entre nosotros no funcionaran. Cayendo en profunda reflexión y al ver que los dos noviazgos que había tenido no habían llevado a mi alma a su plenitud y felicidad, decide abandonarme completamente en manos del Señor (nunca dejé la oración y las visitas al Santísimo, por más fuertes que fueran las pruebas).
Recurrí de nuevo al P. Ramón para que me orientara espiritualmente, me recibió alegremente después de dos años sin comunicación, y fue entonces que me comentó acerca de las hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento. Antes de irme a esta comunidad, recuerdo que visité al Santísimo y solamente me puse en sus manos. Al llegar con las hermanas sucedió que Dios me estaba esperando con un signo claro y particular para mi vida, y que me impresionó fuertemente cuando lo escuché: me dijeron que la conversión de la madre fundadora María Magdalena de la Encarnación fue en el momento en que Dios le dijo “¿ME ABANDONAS POR UN AMOR HUMANO?”. Con todo ello, finalmente cedí al Señor y le dije desde mi interior: “aquí me has llamado Señor”.
¿Cuál es tu motivación primaria para ser religiosa?
Conocer más profundamente a Dios y estar más cerca de él; crecer y dar un paso más en mi Fe y espiritualidad. Quiero servirle y que mi única atención sea él, siguiendo aquel consejo del Apóstol San Pablo con respecto a la mujer soltera: “la mujer soltera se preocupa de las cosas de Dios” (1Cor 7,32-40). Desde luego esta cita bíblica se las recomiendo a todas las jovencitas que tengan inquietud religiosa. En ese buscar que Dios sea el origen y el fundamento de mi vida, también busco y deseo la salvación de las almas y la conversión de los pecadores mediante la oración y la renuncia; si bien Dios a todos nos llama a una misión cristiana específica, creo y comparto con muchos otros hermanos fuera de este convento el deseo ardiente de llevar muchas almas a Dios.
¿Qué te motivo a entrar a la vida religiosa contemplativa en lugar de la vida activa?
Creo y siempre he sentido una inclinación más fuerte a la vida de silencio y de oración continua y a tratar de ver las cosas por medio de la fe; considero que quizá la vida de fe que he llevado me ha facilitado y me ha inclinado más hacia la vida contemplativa. Una frase de nuestra madre fundadora que me gusta mucho es esta: “Prefiero ser raíz oscura que sostiene el tronco y no verde follaje que sonríe a sol de primavera”, con esto quiero decir que aun cuando no vea el cambio de las personas y la conversión de mis hermanos por todo el mundo, sé mediante la fe, que Dios se vale de nuestro sacrificio, en todos los sentidos, para que las obras buenas de nuestros hermanos(as) que llevan y predican la Palabra de Dios allá afuera (mundo) den fruto y fruto en abundancia. Algo más que es de mi agrado y motivación es que todos los días tengo cita privada con Dios, una HORA SANTA, solamente él y yo.
¿Qué es lo que mas te gusta en formar parte del carisma de las Adoratrices del Santisimo Sacramento?
La adoración a Jesús Sacramentado, adorarlo, darle gracias, reparar su corazón y pedir por todos. Mi intención es que el fin de todo lo que soy, tengo y hago sea el amor a Jesús Sacramentado. Como mencioné al principio quiero ocuparme de las cosas de Dios y hacer todo sin buscar gustos ni consolaciones propias. Algo muy enriquecedor a nuestra comunidad religiosa es que también tenemos grupos de adoradores laicos que forman parte de un horario propio para llevar a cabo sus Horas Santas. Me agrada mucho, además, que el monasterio tiene las puertas abiertas para todo aquel hermano(a) que quiera y necesita estar en la presencia de Dios. Finalmente, pero no menos importante, para mi es signo de alegría el hecho de que como hermanas nos protegemos entre todas y nos ayudamos mutuamente para crecer todos los días en la virtud: obediencia, pobreza, humildad, penitencia, castidad, etc.
¿Qué mensaje les das a aquellas jovencitas que como tú tienen la vocacion a la vida consagrada pero no saben discernirlo?
Dios habla de muchas maneras, así, basta con sentir una inquietud hacia la vida consagrada, que seas invitada a un pre-vida, que el simple hecho de ver a las religiosas te entusiasme, o incluso que pongas en cuestión tu noviazgo o el matrimonio y en su lugar venga a tu mente la vida religiosa, entonces es señal de que Dios te está llamando. Visiten al Santísimo, no dejen de hacer oración, platíquenle a Jesús Sacramentado todo lo que les inquieta, preocupa, qué les gustaría hacer, en fin todos sus planes, él nos escucha y no nos desea nada malo.
Él nos conoce pero quiere que nosotros le hablemos. Jesús no actúa sin que nosotros le demos primero nuestro permiso. Siempre es recomendable hablar con un sacerdote que les ayude a discernir su inquietud o buscar aquellas congregaciones que les llamen la atención por su estilo de vida y carisma; las hermanas son personas prestas para ayudarnos a discernir nuestra vocación. Y como dijo el Papa Juan Pablo II: “NO TENGAN MIEDO”, no pierden nada, al contrario ganan mucho en la amistad con Dios. No se queden en el “si hubiera”, el hubiera NO EXISTE, solamente el presente. Si hay personas que les dicen que primero trabajen, tengan novio, que se diviertan, etc., yo les digo, que el mundo siempre tiene muchas cosas que ofrecer, pero que a menudo nos alejan de Dios; además, muchas de esas personas ya tienen hechas sus vidas, pero, ¿y tú? Hay muchas muchachas que ya casadas viven con aquella inquietud del “si hubiera intentado”, puesto que su verdadera vocación era la vida religiosa y no el matrimonio.
No pospongan el llamado de Dios si lo sienten, pues yo caminé por senderos oscuros simplemente por no haber atendido en su momento este hermoso llamado de Dios a la vida religiosa. No esperen a tocar fondo para que Dios las saque de ahí. Acuérdense que el Diablo va a intentar de todos los modos para desviarles del buen sendero, y como león rugiente siempre está buscando a quien devorar en su vocación. Que no les suceda como a mi, que ahora reflexionando miro y digo: cuanto tiempo desperdicie, si me hubiera dado la oportunidad desde que sentí la inquietud en aquellos años tempranos de mi juventud. Termino con lo siguiente: nunca es tarde y Dios no te deja por más cosas malas que hayas hecho, Él conoce nuestros corazones, Él solamente está esperando a que le digas: “Señor en tus manos pongo mi voluntad” y eso basta para que veas pronto su acción poderosa en tu vida.
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